Uno de los lugares más complejos, pero al mismo tiempo más gratificante para ejercer la Capellanía, es en los hospitales. Allí convergen por igual personas con afectaciones leves y, otras, con situaciones de salud avanzadas o terminales.
En una condición de minusvalía como la que se encuentran, hay quienes rechazan a Dios o todo aquello que tenga una connotación de carácter espiritual. Otros, por el contrario, reciben con agrado una palabra de aliento y se aferran a la fe como una tabla de salvación en ese período en el que requieren la sanidad.
Le invitamos a leer el pasaje de Juan 5: 1-18. Hágalo con detenimiento. Ahora, por favor, responda los siguientes interrogantes:
¿En qué momento específico del acontecer judío se produjo el hecho que describe el pasaje? (v. 1)
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¿Quiénes se encontraban cerca del estanque de Betesda? (vv. 2, 3)
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¿Qué esperaban aquellas personas? (v. 3, 4)
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¿Cuál era la condición de los enfermos? (v. 5)
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¿Cuál fue la actitud del Señor Jesucristo con este hombre? (vv. 5, 6)
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¿Por qué se encontraba el hombre en esta situación? (vv. 6, 7)
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¿Qué hizo el Señor Jesús? (v. 8)
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Ahora, lleve esa situación específica al desenvolvimiento de un Capellán que sirve a Dios a tiempo completo o de manera voluntaria en un centro hospitalario. ¿Cuál debería ser su actitud?
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ACOMPAÑAMIENTO HOSPITALARIO
Como capellanes desarrollamos una labor de suma importancia en un centro asistencial. En nuestras manos está el que podamos ofrecer una voz de fe y esperanza a los necesitados.
Una de las formas de acercamiento a los necesitados o a los pacientes, se encamina en dos direcciones: a través de los médicos, quienes pueden orientarnos respecto a quiénes requieren ese tipo de ayuda espiritual, o el área de trabajo social de la institución.
Tenga presente que el acompañamiento que se le brinda a las personas es de carácter espiritual. De hecho, es una aportación significativa que, está debidamente documentado, contribuye a la recuperación de los enfermos, en algunos casos, de manera mucho más rápida.
La fe tiene una estrecha relación con el funcionamiento biológico, mental y espiritual.
En la interacción con estas personas, el Capellán deberá demostrar siete características que constituyen su distintivo ético y profesional:
- Prudencia
- Confidencialidad
- Orientación oportuna y clara
- Comprensión
- Amor
- Perseverancia
- Tolerancia
Estos basamentos estarán reforzados con la consejería, la oración y la lectura de la Palabra de Dios, con pasajes que transmitan fe y esperanza.
Tenga presente que, en algunos casos, el acompañamiento espiritual involucrará a los familiares del paciente, quienes también lo necesitan.
Por favor, lea Mateo 4: 23, 24. ¿Qué hacía el Señor Jesús? ¿Qué podemos aprender los capellanes de este pasaje?
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FUNCIONES DEL CAPELLÁN EN EL HOSPITAL
El capellán tiene unas funciones específicas que debe cumplir. A continuación, encontrará un breve listado:
- Atender a los pacientes en el campo espiritual, pero si lo requieren, también a sus familiares. Podrían incluso pedir su acompañamiento quienes desarrollan la labor de enfermería, medicina o personal administrativo.
- Mantener una disciplina de oración diaria y estudio sistemático de la Biblia para brindar un adecuado acompañamiento.
- Disponibilidad de tiempo.
- No interferir en el trabajo de los médicos y de quienes realizan la labor de enfermería.
- Identificar casos críticos, preparar espiritualmente a los familiares y de ser necesario, acompañar el servicio funerario.
- Ser muy respetuosos de las convicciones religiosas de las personas. Recuerde que guiamos al conocimiento de Jesucristo, no imponemos nuestra fe.
- Celebrar periódicamente servicios religiosos.
Algo que no podemos perder de vista es que, para ministrar a un paciente, debemos contar con su consentimiento. Una vez lo logramos, nuestra función debe enfocarse más en escuchar que en hablar.
Procure que sus visitas sean breves y consulte al paciente sobre si quiere que usted regrese. Por último: en desarrollo de una visita no ande con afanes. No haga promesas que no podrá cumplir. No realice comentarios negativos y, cuando considere, salga de la habitación, bien sea porque llegó el médico o el personal de enfermería o algún familiar.